El día 28 de febrero en la mañana tuvimos una nueva caminata de preparación para el camino de Santiago, fuimos desde la Caldera de los Marteles a Tenteniguada, una experiencia única en la naturaleza que disfrutamos más al ir acompañados por alumnos de los tres institutos diocesanos y la armonía de la belleza y la tranquilidad de sus montes.
Es una ruta de un estallido de color, entre los tonos blancos, azules y violetas de la floración del tajinaste azul y también una senda de interés geológico que discurre entre calderas, una de explosión, la Caldera de los Marteles, y otra de erosión, la de Tenteniguada, ambas en Valsequillo. La caminata estaba señalizada y fue sencilla, siempre de bajada, por lo que más de uno se cayó y otra parte de una zona cumbrera que acaba en otra de medianías.
El protagonismo del sendero se lo lleva el tajinaste azul, uno de los endemismos más representativos de Gran Canaria. Hay tramos en los que los ejemplares son tan altos que parecen árboles y entre los que la senda se muda en pasadizo. Y junto al tajinaste disfrutará de tomillos, salvias, retamas amarillas o cañahejas.
Esta senda le deparará otros dos regalos, la presencia siempre constante del Roque Grande de Tenteniguada, un tótem de piedra que preside parte de la ruta, y la sobrecogedora panorámica, casi a vista de pájaro, de la cuenca de Tenteniguada.
Comentarios recientes